A Golfo no sólo le duelen los huesos

Hay dolores mucho más fuertes que el físico. Y si no, que se lo digan a Golfo. Este pequeño Schnauzer tenía algo que podía llamar "familia", pero sus dueños le dejaban vagar libremente durante el día por las calles de Segovia. Al final, pasó lo que acostumbra a pasar en estos casos y Golfo resultó atropellado por un autobús. El daño que este impacto provocó en el perro debió de ser terrible, pero nada comparado con el que tendría que sufrir a raíz de este desgraciado accidente. Sus dueños lo recogieron y lo subieron a casa, argumentando que lo llevarían al veterinario al día siguiente. Pero no fue así. Golfo pasó nada menos que cinco días en la casa, con las dos caderas rotas, una hernia inguinal y una lesión en el ano. Como podéis suponer, el dolor era tan fuerte que el perro se pasaba el día entero llorando y aullando, de modo que sus dueños decidieron bajarlo al coche por las noches para que sus llantos no molestasen a los vecinos. Sin duda, un gesto muy solidario... para con los vecinos.

Afortunadamente, una vecina denunció la situación en la que esta familia mantenía al perro y, con la ayuda de la Patrulla Verde de la Policía Local, se logró requisar al animal. A día de hoy, Golfo empieza a ser un perro nuevo. Ha sido operado de las dos caderas, la hernia y el ano, y aunque habrá que tener paciencia porque la recuperación será lenta, parece que se repondrá totalmente. Actualmente se encuentra en una casa de acogida, con otra perra y dos gatos con los que ya ha empezado a hacer buenas migas, pese a que los gatos se aprovechen de su debilidad para acercarse a "cogerle prestado" algo de comida. Desde hace unos días, Golfo ya puede hacer sus necesidades por sí solo y de forma prácticamente normal. Eso sí, ya hemos tenido ocasión de comprobar que su carácter responde al de su raza: independiente y algo cabezota. Sonríe, Golfo, que incluso ese dolor de corazón también se cura.

Si estás interesado/a en adoptar o conocer más a Golfo, puedes acceder a su perfil pinchando aquí.